Overlay

DEPORTES DE COMBATE Y PÉRDIDA DE PESO.

En los deportes de combate el peso corporal es de suma importancia ya que las diferentes categorías se dividen en función de este, garantizando así competiciones más justas. El fin de muchos deportistas de combate es competir con otros deportistas de menor tamaño, obteniendo de esta forma la ventaja física que ofrece una mayor masa corporal.  La búsqueda de este objetivo lleva a los deportistas a realizar diferentes prácticas para disminuir la grasa corporal. En la mayoría de los casos podrían considerarse prácticas peligrosas para la salud e inadecuadas para mantener el rendimiento.

Quédate unas líneas con nosotros y conoce, de la mano de las últimas revisiones científicas, las consecuencias de una mala estrategia nutricional de cara a una competición de deportes de combate.

UN BREVE ANÁLISIS DEL DEPORTE DE COMBATE

La dinámica en los deportes de combate consiste en realizar múltiples asaltos en un corto espacio de tiempo y a intensidad máxima. Además, en la mayoría de las modalidades toda la competición se realiza en una única jornada, es decir, todos los combates a lo largo del mismo día.

Si a esto la sumamos que los deportes de combate requieren de una determinada composición corporal, altas demandas de fuerza, potencia muscular, flexibilidad, capacidad anaeróbica y potencia aeróbica, obtendremos el caldo de cultivo perfecto para dificultar una correcta estrategia nutricional.

Debido a la complejidad derivada de las exigencias que presenta este deporte, una mala estrategia enfocada a la reducción rápida de peso podrá poner en jaque nuestra salud. Además limitará, sin ninguna duda, nuestra capacidad para el combate.

¿QUÉ ENERGÍA UTILIZAMOS EN LOS DEPORTES DE COMBATE?

La glucólisis anaeróbica es la vía energética principal en los deportes de combate. Sin entrar ahora en detalles, recordemos que esta vía metabólica producía energía sin utilizar oxígeno. Esta producción es llevada a cabo a expensas de los productos glucolíticos, es decir, de los hidratos de carbono. Por ello, el consumo de hidratos de carbono es esencial.

La glucólisis anaeróbica produce energía rápida y explosiva pero de corta duración. La recuperación entre asaltos y entre combates vendrá de la mano de una correcta ingesta de hidratos de carbono y del uso adecuado de la suplementación indicada para cada caso. (Ver artículo sobre la creatina)

Con la pérdida de peso rápida, el descenso de las reservas de glucógeno (forma en la que se almacenan los hidratos de carbono en el músculo y el hígado) conlleva la disminución del reclutamiento de las unidades motoras tipo II (fibras musculares de contracción rápida) en detrimento de las  tipo I (fibras de contracción lenta). 

La bajada de los niveles de glucógeno durante el entrenamiento o en la competición harán que se experimente una disminución de la fuerza y la potencia. Esta diminución será debida a la utilización de las fibras de contracción lenta. En cambio, una correcta ingesta de carbohidratos retrasará la fatiga y atenuará la pérdida de fuerza.

Debido a la importancia de una composición corporal adecuada, también lo será un plan nutricional especialmente  diseñado para el deportista de combate. Este plan se diseñará para conseguir la composición corporal objetivo, no provocar mermas en la salud y mantener o mejorar el rendimiento.

MALAS PRÁCTICAS PARA LA PÉRDIDA RÁPIDA DE PESO EN LOS DEPORTES DE COMBATE.

Un 86% los deportistas de modalidades de combate utilizan métodos de pérdida de peso rápidos antes de un combate. 

Entre estos métodos podemos encontrar:

  • Restricción de alimentos y líquidos.
  • Realización de ejercicios extenuantes con el uso, o no, de plásticos.
  • Ingesta de diuréticos, laxantes y pastillas para adelgazar.
  • Vómitos autoinducido.

Aunque estas prácticas presentan un riesgo individual, se sabe que los atletas de combate las utilizan de forma mixta. Combinar varias de estas peligrosas estrategias pueden aumentar el riesgo exponencialmente.

Según algunos estudios se ha observado que la pérdida de masa corporal media se encuentra en torno a un 5-10%. Se han reportado casos de fallecimientos con pérdidas de peso del 15%.

EFECTOS NEGATIVOS SOBRE LA SALUD DEBIDO A UNA PÉRDIDA RÁPIDA DE PESO EN LOS DEPORTES DE COMBATE.

Podemos dividir los efectos perjudiciales de carácter agudo de una pérdida de peso rápida en físicos y psicológicos: 

Físicos:

  • Alteraciones hormonales.
  • Alteraciones hidroelectrolíticas.
  • Hipertermia.
  • Hipotermia.
  • Trastornos cardiovasculares.
  • Aumento de resorción ósea (pérdida de tejido óseo)
  • Reducción de la función inmune.

Psicológicos:

  • Irritación.
  • Cambios de humor.
  • Disminución del estado de ánimo.
  • Disminución del rendimiento cognitivo.
  • Estrés.
  • Fatiga.

Además de lo relacionado anteriormente la incidencia de estos trastornos pueden ser de tipo crónico.

  • Problemas en el mantenimiento de la masa muscular.
  • Problemas en la función inmune.
  • Pérdida de la salud ósea.
  • Disminución de la tasa metabólica.
  • Disfunción de los procesos hormonales.

También se ha podido relacionar el control crónico de la composición corporal, por medio de las citadas malas prácticas, con las siguientes consecuencias:

  • Rápida recuperación del peso perdido tras la competición.
  • Problemas generales de salud.
  • Obesidad.
  • Déficit en el desarrollo.
  • Déficit de crecimiento.

EFECTOS NEGATIVOS SOBRE EL RENDIMIENTO DEPORTIVO.

Si se utilizan este tipo de estrategias para conseguir una pérdida de peso rápido podrán presentarse efectos negativos sobre el rendimiento del deportista de combate. 

Probablemente, si no hay una recuperación adecuada entre el momento del pesaje y la competición podría producirse un deterioro del rendimiento aeróbico y anaeróbico. Esto es algo muy común cuando el pesaje y la competición se presentan en el mismo día. 

Estos efectos serán más acusados en aquellos deportistas menos entrenados. Esto demostraría una posible adaptación a estos ciclos de pérdida y ganancia de peso. Dicha adaptación solo ocurrirá cuando las pérdidas sean superiores al 5%. En caso contrario, si dicho descenso de masa fuese igual o inferior al 5%, y la recuperación entre el pesaje y la competición igual o superior a 4 horas, no debería encontrarse diferencias de rendimiento entre hombres entrenados y no entrenados.

Restricciones calóricas.

Los estudios muestran que las dietas de menos de 1500 kcal realizadas por deportistas de combate en los días previos a la competición presentan un consumo inadecuado de vitaminas. Esta baja ingesta energética puede llevar asociada un aumento del estrés oxidativo, alteraciones de la función metabólica y descenso del rendimiento.

Se ha observado que algunos luchadores realizan la restricción calórica reduciendo la ingesta de grasas y proteínas, por lo que podría comprometerse el correcto aporte de ácidos grasos esenciales además de un correcto balance nitrogenado. Esto esto podría hacer que se viese aumentando el riesgo de lesión.

Estos métodos rápidos de pérdida de peso se origina principalmente a través de una deshidratación y disminución la masa magra. Asimismo la disminución de la masa magra conlleva menores niveles de fuerza y potencia muscular. Este efecto que ha quedado patente en numerosos estudios.

Esta disminución del tejido muscular lleva consigo una disminución de las reservas de glucógeno muscular afectando al metabolismo energético. De la misma forma provocaría la disminución de la energía aportada por vía glucolítica y, la consiguiente merma de la eficiencia energética así como del consumo máximo de oxígeno.

A nivel óseo estas técnicas elevan la posibilidad de fracturas por estrés debido a la pérdida de masa ósea.

Disminución de la ingesta de líquidos.

La disminución de la ingesta de agua que tiene lugar en los días previos a la competición puede ocasionar el descenso de los niveles de electrolitos y el propio líquido ocasionando dificultades en la termorregulación. Esto mismo puede ocasionar graves problemas cardiovasculares al disminuir el volumen plasmático y sanguíneo. 

Estos factores de riesgo se ven aumentados si además se añade el uso de diuréticos y laxantes a la ecuación, pudiendo aparecer hipopotasemia o lo que es lo mismo, la disminución de los niveles séricos de potasio. Esto podría provocar disminución de la función muscular  y fallo cardiaco.

Algunos estudios han podido encontrar que, para minimizar el efecto negativo del uso de malas estrategias enfocadas a una rápida pérdida de peso previa a la competición, habría que consumir, entre las tres y cuatro horas posteriores al pesaje, alimentos y líquidos sólidos, recuperándose así valores previos a la pérdida de peso. 

Sin embargo, otros estudios no han podido reproducir estos resultados, encontrando una disminución del rendimiento cuando se provoca una pérdida de peso rápido en torno al 4,5 % del peso corporal.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Mata, Fernando & Sanchez-Oliver, Antonio & Domínguez, Raúl. (2018). Importancia de la nutrición en las estrategias de pérdida de peso en deportes de combate. Journal of Sport and Health Research. 10. 1-12.
  2. Martínez Abellán A. (2013) Efectos de las pérdidas de peso y la deshidratación en deportes de combate : una revisión = Weight cutting and dehydration effects on combats sports: a review. Sportk: revista euroamericana de ciencias del deporte.
  3. Franchini E, Brito CJ, Artioli GG. (2012) Weight loss in combat sports: physiological, psychological and performance effects. Journal of the International Society of Sports Nutrition

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *